Yogavatar Lahiri Mahasaya

Yogavatar Lahiri Mahasaya

Yogavatar Lahiri Mahasaya

Yogavatar Lahiri Mahasaya, nació el auspicioso día del 30 de Septiembre de 1828, y realizó Mahasamadhi el 26 de Septiembre de 1895.

Yogavatar Shyamacharan Lahiri Mahasaya nació durante los nueve días de adoración a la Madre Divina. En una leal familia brahmin en el pueblo de Ghuruni del distrito de Nadia, en Bengal. Cuando tenía cinco años la madre de Shyamacharan, Shrimati Mukta Keshi Devi, dejó este mundo y su padre Shri Gour Mohan Lahiri Sarkar, se movió de Nadia a Kashi. Shri Shyamacharan paso su niñez en esta ciudad sagrada. Muchas historias interesantes de la vida de Shyamacharan son mencionadas en el libro Bharatera Sadhaka, en el Yogiraj Charita de Swami Satyananda y en la Autobiografía de un Yogui de Paramahamsa Yogananda.

Encuentro con Babaji Maharaj

El primer gurú preceptor de Kriya Yoga es el Señor Krishna y Kalpayogi Babaji Maharaj es el preceptor moderno, quien revive el Kriya Yoga. Shyamacharan Lahiri fue su discípulo principal. Él había practicado Kriya Yoga en compañía de Babaji Maharaj en muchas vidas pasadas.

En su vida actual en ese entonces, era un hombre de familia. Compartió aún hasta su última respiración que el Kriya Yoga era el mejor camino para los hombres de familia para evolucionar espiritualmente.

En 1861, a la edad de treinta y tres años, Yogavatar Lahiri Mahasaya ya estaba casado y trabajaba como segundo oficinista en los Trabajos Públicos del departamento de Ingeniería Militar en Gazipur, en el estado de Uttar Pradesh.

Su Gurú, Babaji Maharaj, estaba en los Himalayas, cerca de doscientas millas del lugar de trabajo Lahiri Mahasaya, estaba muy preocupado por él, su discípulo de una vida previa y pensó profundamente como enseñarle la sagrada técnica del Kriya Yoga.

En su vida anterior, Yogavatar Lahiri Mahaya, fue también un gran sadhaka, siempre absorto en el pensamiento espiritual. Babaji Maharaj estando en la caverna de los Himalayas, pensó que era el tiempo justo y el campo estaba listo para Shyamacharan.

Guiado adecuadamente, Shyamacharan podría darse cuenta fácilmente que era una Chispa Divina, sería muy poderoso espiritualmente y eliminaría las creencias ciegas, los dogmas y supersticiones enseñando el Kriya Yoga a los buscadores sinceros en la India y en el extranjero.

Cuando la mirada de preocupación de Babaji Maharaj cayó en Shyamacharan, él sintió como si alguien lo llamara. Dando la forma final a su gran diseño por su maravilloso poder de voluntad, Babaji Maharaj arregló la transferencia de Shyamacharan a Ranikhet en lugar de su colega Brajendra Ray.

Shyamacharan estaba asombrado por la magnífica grandeza de los Himalayas y su espectacular belleza escénica. Sintió que el lugar era muy conocido para él. Tenía mucho tiempo para vagabundear por los Himalayas ya que la correspondencia era su deber principal. Atraído por una fuerza desconocida, se movió hacia Ranikhet. El lugar era adorable, sin ningún rastro de seres humanos o animales.

Sin miedo, vagó hechizado por el temido y cavernoso Himalaya. En aquella época, esta región era la más temida debido a los animales feroces que habitaban los bosques cercanos. De repente, oyó que alguien le llamaba por su nombre desde uno de las salientes pedregosas: «Shyamacharan, ven aquí. Shyamacharan, ven aquí». Se quedó estupefacto ante la fuerza seductora.

Contempló con asombro al joven santo, alto y fuerte, de largos brazos, pelo y tez cobrizos, y una luz luminosa parecida a la de un Sol radiante que brillaba en su cuerpo. Todos los pelos de su cuerpo se erizaron ante la misteriosa escena de Babaji Maharaj viéndolo divinamente y sonriendo.

Él aceleró sus pasos como una pieza de hierro atraída por un imán. En verdad era un plan divino, de otra forma ¿Cómo podría haber ido a ese lugar lleno de animales feroces sin ser atacado?

Babaji Maharaj sonriente le pregunto “¿Cómo estás?”. Lahiri Mahaya respondió con calma “Estoy bien”.

Babaji preguntó “¿Me reconoces?”. Lahiri respondió, “No, Yo no te reconozco”.

Llevando a Shyamacharan adentro de una cueva, limpia, ordenada con esmero, Babaji de nuevo preguntó “¿Me reconoces?”. Babaji continúo añadiendo a su asombro, “¿Has venido alguna vez a este lugar en el pasado? ¿Reconoces esta piel de tigre y la olla del agua? ¿Has olvidado todo?” Shyamacharan respondió que era su primera visita y que nunca había visto este lugar antes.  

Cuando Babaji Maharaj lo tocó, se encendió la memoria de su vida pasada. Postrándose a los pies de Babaji, Shyamacharan dijo, “Ahora me acuerdo de todo. Tú eres mi gurú de vida en vida Babaji Maharaj. Este era el lugar de meditación de mi vida pasada. En este asiento, hacía sadhana, el jarro del lado izquierdo me proveía de agua y frescura. El asiento de la derecha era el tuyo. Mientras meditábamos en este asiento la energía cósmica de mi vida pasada se manifestaba en mí. Ahora siento el despertar de ese poder divino en mí.»

Babaji Maharaj le indicó que se diera un baño en el río y que viniera de nuevo a sentarse en la piel de tigre. Recolectando sus memorias pasadas, le dio Pranam reverencial como la encarnación de Dios. En el momento en que se sentó en la piel de tigre todos sus sentidos mundanos desparecieron. Babaji Maharaj sentado en su asiento tocó el muslo derecho de Shyamacharan y la espina vertebral infundiendo en él poder divino. Le indicó que abriera sus ojos, comenzó a enseñarle las técnicas del Kriya Yoga.

Yogavatar Lahiri Mahasaya y el Kriya Yoga

Yogavatar Lahiri Mahasaya, viendo todas estas técnicas solamente una vez empezó haciendo el primero, segundo, tercer y cuarto Kriya, uno después del otro. Mientras hacía el primer Kriya, dijo con gran alegría, “Como yo había hecho esta sadhana en mi vida pasada, la energía espiritual se está manifestando en mí”. Mientras practicaba el Segundo Kriya, todos los chakra desde Muladharaa a Sahasrara, adentro de la columna vertebral y el cerebro se llenaron de luz divina, vibración divina y sonido divino.

Después tocando los pies sagrados de Babaji Maharaj, dijo, “¡Oh Gurudev! Tú eres el océano de compasión. Yo estaba engañado por la fuerza seductora de maya, la ilusión, las preocupaciones y los quehaceres mundanos. En un momento, llamándome desde un lugar lejano, has despertado en mí el logro del Segundo Kriya, realizado en mi última vida. Mi vida ha sido gratificada por la innombrable compasión y gracia que me has colmado.” 

Después de esto Shri Gurudev le ofreció los altos kriyas. Para purificar los cinco sentidos y despertar sus correspondientes cinco deidades que presiden y el Kutastha Brahman (el único conductor de estas cinco deidades), las despertó adentro y arriba de la columna vertebral y le enseñó el tercer Kriya.

De repente, Yogavatar Lahiri Mahasya, se dio cuenta que la expresión de toda la luz blanca divina radiante a los lados de los ojos, arriba de las orejas, lo había tenido completamente absorto en la gran dicha divina. Babaji Maharaj le dijo a Shyamacharan, “Haciendo Kriya hasta este estado ha terminado tu vida pasada”. Entonces Babaji Maharaj lo inicio en el cuarto Kriya.

Le tomó cerca de diez días completar todos los kriyas. Shyamacharan estaba absorto en sadhana después del logro de todos los Kriya. Entonces Babaji le enseñó el Samadhi consciente para que pudiera permanecer siempre fijo en Dios entre la realización de sus deberes mundanos. Así fue descrito en el Bhagavad Gita (3:18):

“La persona auto-realizada, de cualquier manera, no está interesada en realizar acciones o no realizar acciones, esta persona no depende de nadie por ningún interés personal.»

Yogavatar Lahiri Mahasaya obtuvo este estado en la compañía de su amado Guruji y con la práctica sincera. Después de esto Babaji Maharaj quiso darle la visión de la realidad de Brahman y Brahmaloka (la morada de Brahman) poniendo su mano en su pecho. Como resultado el conocimiento divino y brahmadrishti (la visión cósmica) fue manifestada en él. Contemplando el Cielo, y todas los Loka, con sus ojos abiertos, trajo la realización a su nacimiento humano. En la compañía de su Guruji, Shyamacharan permaneció en la realización, en la euforia de la intoxicación en Dios.

Él no podía recordar cuantos días estuvo ahí. Sus colegas pensaron que los animales se lo habían comido. Cuando regresó a su lugar de trabajo, sus colegas y el personal de la oficina fueron sorprendidos con la vista del cuerpo de Shyamacharan brillando con divinidad y paz, una complexión totalmente diferente, más radiante y magnífico que antes.

Les comentó que su gurú de vidas pasadas, de eones, Siddha Purusha, el Auto-realizado Maestro Babaji Maharaj estaba residiendo en Ranikhet, y siendo atraído por su divino poder había ido allí. Ahora que el propósito de haber ido estaba cumplido, no necesitaba quedarse.

Su transferencia a la localidad fue solamente un error hecho bajo la dirección de Babaji Maharaj, quién había infundido su voluntad divina en la mente del oficial. Yogavatar Lahiri Mahasaya le dijo a su personal que una orden de rectificación pronto llegaría y que ahora tendría que regresar a Gazipur.

Encomienda a Yogavatar Lahiri Mahasaya

Era el deseo de Babaji Maharaj que extendiera el mensaje de Kriya Yoga no solamente a la India, sino también a través del mundo. Babaji Maharaj había orquestado su transferencia para satisfacer ese deseo divino. Al día siguiente llegó el mensaje a la oficina que Shyamacharan había sido transferido de regreso a su lugar anterior. 

Para la elevación espiritual de toda la humanidad, Yogavatar Lahiri Mahsaya, difundió la técnica del Kriya Yoga bajo la guía e inspiración de Babaji Maharaj. Él inició e inspiró en el sendero divino a tantas personas de familia tanto como a renunciantes.

Créditos

Esta nota, Yogavatar Lahiri Mahasaya, está inspirada en el capítulo Yogavatara Shyamacharan del libro «La Esencia de Kriya Yoga» de Brahmarshi Raghabananda.

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